Fue una aventura de 10 días (del 12 al 21 de agosto) y su finalidad era subir 11 vértices geodésicos (picos para que nos entendamos) todos de más de 4000 metros, los más alto situados en Marruecos, entre ellos el Toubkal (4167 m) el más alto del norte de África.
Voy a dividir el viaje en 3 partes y realizar 3 entradas, puesto que si lo hago todo en una sola sería demasiado largo y quizás pesado de leer.
Sin mas dilación aquí tenéis el vídeo de la primera parte y debajo un pequeño resumen día a día. ¡Disfrutenlo!
Día 1 y 2
El primer día salimos (mi hermano, su mujer y yo) del aeropuerto de Madrid hacia Marrakech por la tarde y llegamos después de un pequeño viaje en avión. lo justo para cenar y acostarnos. El día siguiente fue un día de descanso, planificación y preparación para la ascensión de la jornada próxima.
Día 3
Comienza la aventura al las 6:30 de la mañana, desde Marrackech nos acercamos en un 4x4 por unas carreteras de lo mas peliagudas hasta un pueblo llamado Imlil, situado al borde del Atlas, lugar desde donde empezamos la marcha. La subida hacia el refugio era técnicamente fácil pero muy cansada, fueron 12 km y tardamos 6 horas en subir, todo ello cargando con mochilas de unos 15 - 20 kg.
Día 4
El día no comienza muy bien, ya de primeras tenemos que hacer un cambio en los planes de subida y modificar la ascensión programada debido al mal tiempo. Salimos a las 9:30 de la mañana para subir el Ras (4083 m) y el Timesguida (4089 m) y fue una ascensión precisa pero un poco enturbiada por culpa del mal tiempo que dificultó la subida en ocasiones en donde había que trepar. Finalmente hicimos cumbre en los dos picos y volvimos al refugio de "Les Mouflons" tras 5 h y 30 min y 10 km recorridos.
Día 5
Otra vez el día se levanta malo y no nos queda más remedio que intentar subir el Biiguinnoussene (4002 m) Salimos a las 8:00 y todo comienza aparentemente bien, pero mientras ascendemos la cosa se complica y una tormenta se cierne sobre nosotros. Cuando estábamos a menos de 500 m de la cumbre no nos quedó más remedio que darnos media vuelta. Quizás gracias a esto hoy puedo contarlo. La subida había transcurrido por una preciosa garganta con un pequeño riachuelo, el problema fue que con la tormenta, ese manso reguero de agua se transformó en una masa de agua rocas y barro que bajaba llevándose todo por delante. Bajamos como pudimos con el agua por la cadera, saltando, tropezando... y finalmente pudimos llegar al refugio.
Y hasta aquí puedo leer, esto es todo por hoy, próximamente continua la aventura.
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