El origen de este día se remonta al Imperio Romano, al año 45 a.C. Antes el mes de febrero no tenia 29 días, sino 28, a causa de esto con el paso de los años se producía un desfase en los horarios y acababa nevando en verano y anocheciendo o amaneciendo cuando no debía. Julio César en una de sus visitas a Egipto para ver a Cleopatra descubrió que el año no tenía 365 días, sino que tenía 365 días y cuarto. Para solucionar esto decidió introducir un día más en el mes de febrero cada 4 años, exactamente un segundo día 24, no un 29, es decir el mes tenía 28 días pero había dos 24. De aquí surge la palabra bisiesto, veamos por qué:
Los días antiguamente no se contaban como actualmente, con números, sino que se tomaban 3 días del mes como referencia y a partir de allí se hacían los cálculos, los días eran los siguientes y correspondían a distintas festividades:
- Calendas: se trataba del primer día de cada mes.
- Nonas: el día 5* de cada mes.
- Idus: correspondía al día 15*.
*En los meses de Marzo, mayo, julio y octubre Nonas correspondía al día 7 e Idus al 15.
Así pues según esto el día 24 de febrero sería 6 días antes de las Calendas de Marzo. Si hacéis las cuentas os darán 5 días de diferencia, pero los romanos al contar tenían en cuenta el día de partida, así que habría que contar los días 24, 25, 26, 27, 28 y el día 1, de este modo dan 6 días.
Siguiendo esto, se expresaría en latín de la siguiente manera: ante diem IV (sextum) Calendas Martias.
Cuando César introdujo en el año 45 a.C. el segundo día 24 este se llamaba: ante diem bis IV (sextum) Calendas Martias.
De las palabras bis sextum salió el nombre "bisiesto"
¿Y cuando pasó a ser el día 29? Esto fue obra del Papa Gregorio VII que se encargo de dar forma a nuestro actual calendario, conocido como calendario Gregoriano. El papa proclamó un edicto donde introducía los números árabes en el calendario y se dejaba de contar en referencia a las Calendas, las Nonas y las Idus de este modo el doble 24 pasó a ser día 29.
El Papa Gregorio VII
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