lunes, 31 de diciembre de 2012

Despidiendo 2012

2012 llega a su fin y en contra de lo que dijeron los mayas, 2013 está a la vuelta de la esquina.
Quiero escribir algo para despedir el año y creo que lo mejor es hacer un resumen de qué ha sido para mí.

Si tuviera que describir 2012 en pocas palabras sería algo así:

Alpes - PAU - Camping - Benicassim - Asturparty - A Coruña - INEF - San Mateo - Concierto de Melendi - Miyamoto - Camino de Santiago - Alpes

Pero veamos la versión extendida:

2012 empezó para mí al igual que va a comenzar 2013, en los Alpes esquiando. A la vuelta del viaje comenzó lo que sería el fin de una de las mayores torturas a las que se le puede someter a un ser humano. Y es que no es un dolor intenso y breve, no. Es algo que se alarga durante años y años. Sí, me refiero al instituto. Por fin este año he salido de ese infierno, pero no sin antes sufrir esa maléfica prueba llamada “PAU”.
Una vez liberado de ese peso llegó el verano. Pero lejos de ser el más tranquilo y más descansado de mi vida por librarme de ese mal, tuve que pasarme todo el mes de julio haciendo pruebas por toda España (León, Galicia, Madrid) para entrar en el INEF. Y todo ello esperando los temidos resultados de la PAU.
Pero después de hacer las pruebas (y superarlas en todos los lados), conocer los resultados de la selectividad y saber donde iba a estudiar, por fin llegó la calma.

Entonces comenzó el verano de verdad. Como todos los años me fui a mi paraíso particular. Un camping donde veraneo todos los años cerca de Tarragona (Camping Park Playa Bará). Y he de reconocer que sucedieron muchas cosas inesperadas que hicieron que haya sido uno de los años en los que mejor lo he pasado en el camping.
Después de unos 20 días en Bará me fui a Benicassim (Castellón) a vivir una experiencia inolvidable. Con unos amigos estuve una semana en el festival europeo de regge “Rototom Sunsplash”. Fue una semana genial, completamente de relax. Sol, playa, música, vaguear, ir al aquapark.. Y aunque no se que hacía en un festival de regge, vi en concierto a Calle 13, un grupo de música puertorriqueño que me encanta.

Tras unos días en una LanParty para rematar, se acabó el verano, pero no por ello las cosas buenas. Una vez de vuelta en Oviedo tocó hacer mudanza. Me fui a vivir a Galicia para estudiar en el INEF de A Coruña.
El sueño de cualquier chaval, irse de casa a otra ciudad ¡y a vivir solo! Si, si, como lo leéis, estoy viviendo a mi rollo en mi pequeña mansión en A Coruña.
Una vez instalado en mi nueva casa todo estaba listo para empezar la Uni. ¿De nuevo otra tortura igual que el instituto? Bueno, digamos que no, por eso de que estudio lo que me gusta, pero lo de estudiar… ¡no es lo mio!
Al poco de empezar llegó San Mateo a Oviedo, que no pude disfrutarlo al máximo por estar lejos, pero nada me iba a impedir acercarme unos días y por supuesto ir como todos los años al concierto de Melendi. Y este año con más razón. Por primera vez no estuve en primera fila en el concierto y la verdad que mereció la pena. Por supuesto tampoco podía perderme los fuegos artificiales que fueron tan geniales como el año pasado.
Una vez acabado San Mateo estuve yendo y viniendo entre Oviedo y A Coruña para asistir a diversas competiciones y cursos de judo.
Pero hubo otro viaje que hice a Oviedo, cuyo motivo también estaba relacionado con Japón, pero esta vez no en el ámbito de las artes marciales, si no de los videojuegos. Con motivo de los premios Príncipe de Asturias tuve la oportunidad de conocer al Dios de los videojuegos Shigeru Miyamoto, premio de este año de Comunicación y Humanidades. Sin duda algo irrepetible y que pocas personas tienen la oportunidad de hacer.
Después de esto ya no volví a Oviedo hasta navidades.
En el puente de la constitución aproveche para hacer el Camino de Santiago desde Ferrol, en su variante conocida como el Camino Inglés, 3 días caminando sin compañía para recorrer unos 140 km. Eso si, ¡ya tengo perdonados todos mis pecados!
Unos pocos días más de clase y llegaron las vacaciones de navidad, que como todos los años me llevaron a los Alpes a esquiar.

Así pués, aquí estoy escribiendo esto, desde un bar en el pequeño pueblo de Auris en Oisasns, inmerso en los Alpes. Tomando un Vin chaud y protegido del frío glaciar del exterior.

Después de este ajetreado año de viajes, supervivencia a un apocalipsis, muchas sorpresas y esquí en los Alpes, solo me queda desearos a todos ¡FELIZ AÑO NUEVO!

Pic Blanc (3330 m)

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