martes, 26 de junio de 2012

Amanecer en el Naranco

Esta mañana he decidido madrugar para subir con la bicicleta hasta el Picu el Paisanu para ver como amanece sobre la ciudad de Oviedo.
Me levanté sobre las 5 de la mañana, me preparé y a las 6:40 ya estaba en la cima esperando la salida del sol a las 6:44. Fue una subida preciosa pero bastante tenebrosa. Había una niebla muy densa que no dejaba ver, a lo que hay que sumarle que era de noche y que no hay luz que ilumine el camino. Así que tuve que conformarme con la luz del frontal para abrirme paso entre las tinieblas. Estaba esperando que de un momento a otro me asaltara un hombre lobo o saliera un troll de entre los arbustos. Pero finalmente sobrepasé la capa de niebla y llegué a la claridad.

Por el camino me crucé con algún que otro animalillo y pude ver varios restos de nidos de ametralladoras de la guerra civil. Además de que en la carretera se encuentran dos joyas del Prerrománico Asturiano: San Miguel de Lillo y Santa María del Naranco.
 Sta. María del Naranco entre las tinieblas en la subida.
San Miguel de Lillo a la bajada, todavía con niebla.

Las vistas desde lo alto son maravillosas, pero si queréis verlas, ¡tendréis que subir! y es aun mejor cuando estás solo en silencio absoluto y puedes oír los cantos de los pájaros.



Evidentemente no fui capaz de resistir la tentación de dar algún que otro salto...

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